Desde la llegada de la pandemia, la palabra «desinfección» ha cobrado más protagonismo que nunca. Los productos de limpieza desinfectantes se han convertido en protagonistas indiscutibles en hogares, oficinas, comercios y centros sanitarios. Sin embargo, esta creciente demanda también ha venido acompañada de una serie de mitos, ideas erróneas y creencias populares que pueden llevar a un uso incorrecto o ineficaz de estos productos. En este artículo de Brill 2000, te ayudamos a separar los hechos de la ficción para que puedas tomar decisiones informadas y seguras sobre la desinfección de tus espacios.
¿Qué son realmente los productos desinfectantes?
Antes de desmontar mitos, es importante tener claro qué entendemos por producto desinfectante. Se trata de sustancias químicas capaces de eliminar o inactivar microorganismos como bacterias, virus y hongos en superficies inertes. A diferencia de los productos de limpieza comunes, que eliminan la suciedad visible, los desinfectantes actúan a nivel microscópico para prevenir infecciones y contagios.
No todos los limpiadores son desinfectantes, y no todos los desinfectantes son adecuados para cualquier situación. Usarlos correctamente requiere información precisa y responsabilidad.
Mito 1: «Si huele fuerte, desinfecta mejor»
Uno de los mitos más extendidos es asociar el olor intenso con un mayor poder de desinfección. Muchas personas creen que si un producto deja un olor penetrante, probablemente sea más efectivo. Sin embargo, el aroma no está relacionado directamente con su capacidad desinfectante.
Los perfumes suelen añadirse únicamente con fines estéticos o para proporcionar una sensación de limpieza. Algunos desinfectantes muy potentes, como el alcohol etílico o el peróxido de hidrógeno, tienen un olor neutro o suave, y aun así ofrecen una altísima eficacia.
Realidad
Lo importante es verificar que el producto esté registrado como desinfectante y cuente con certificaciones sanitarias. En Brill 2000, utilizamos productos homologados por autoridades competentes, sin necesidad de saturar los espacios con olores agresivos.
Mito 2: «Todos los productos de limpieza desinfectan»
Limpiar y desinfectar no son lo mismo. Muchas personas creen que por usar un limpiador multiusos están desinfectando, cuando en realidad solo están eliminando la suciedad superficial.
Un limpiador puede dejar una superficie visualmente impecable, pero si no contiene agentes antimicrobianos, no eliminará virus ni bacterias. Para una desinfección real, es necesario utilizar productos formulados específicamente para ese fin.
Realidad
Busca siempre productos etiquetados como bactericidas, virucidas o fungicidas según tus necesidades. En Brill 2000 aplicamos protocolos donde primero se limpia la superficie y luego se desinfecta, asegurando máxima higiene.
Mito 3: «El alcohol sirve para desinfectarlo todo»
El alcohol (etanol o isopropanol) es muy útil para desinfectar ciertas superficies como cristales, plásticos y metales. Pero no es efectivo en todas las circunstancias, ni puede aplicarse en cualquier superficie.
Por ejemplo, no es la mejor opción para limpiar suelos porosos, textiles o superficies que pueden deteriorarse con el uso continuado de alcohol. Además, necesita una concentración específica (entre 60 % y 80 %) para ser realmente efectivo. Si está demasiado diluido, no elimina los microorganismos; si está demasiado concentrado, se evapora tan rápido que no tiene tiempo de actuar.
Realidad
El alcohol es útil, pero no es universal. En Brill 2000 usamos una gama de desinfectantes adaptados a cada superficie para garantizar tanto la eficacia como la durabilidad del mobiliario.
Mito 4: «Cuanta más cantidad de producto, mejor resultado»
Otro error frecuente es pensar que usar más cantidad de desinfectante aumentará su efectividad. Aplicar una gran cantidad de producto no solo es un desperdicio económico, sino que puede dejar residuos tóxicos, dañar superficies o afectar la salud de las personas.
Además, la mayoría de los desinfectantes requieren un tiempo de actuación específico para ser efectivos. Si se limpia la superficie demasiado rápido o se elimina el producto antes de ese tiempo, la desinfección no será completa, por mucha cantidad que se haya utilizado.
Realidad
Lo fundamental es seguir siempre las instrucciones del fabricante: dosis, método de aplicación y tiempo de exposición. En Brill 2000 nos guiamos por protocolos estandarizados que garantizan la correcta desinfección con la mínima cantidad necesaria.
Mito 5: «Los productos naturales no desinfectan»
Muchas personas asumen que solo los productos químicos tradicionales pueden desinfectar, y que los productos naturales o ecológicos no son eficaces. Sin embargo, existen desinfectantes de origen natural con eficacia demostrada, como el ácido láctico, el peróxido de hidrógeno o ciertos aceites esenciales.
La clave está en que estos productos estén certificados y probados clínicamente. No todos los productos caseros tienen propiedades desinfectantes, pero la limpieza sostenible sí es posible sin renunciar a la protección sanitaria.
Realidad
En Brill 2000 apostamos por productos ecológicos con certificaciones oficiales, que respetan el entorno sin comprometer la seguridad ni la eficacia.
Mito 6: «Una sola desinfección es suficiente»
Después de desinfectar un espacio, muchas personas piensan que ya no es necesario repetir el proceso en varios días. Sin embargo, la desinfección no protege indefinidamente. Una vez que una superficie vuelve a ser tocada, contaminada con partículas en el aire o expuesta al paso de personas, puede volver a alojar microorganismos.
Esto es especialmente importante en espacios con alta rotación de personas, como oficinas, baños públicos, gimnasios, clínicas, escuelas o transporte.
Realidad
La desinfección debe ser periódica y constante. En Brill 2000 diseñamos planes de limpieza adaptados a la actividad de cada espacio, combinando limpieza diaria con desinfección puntual o intensiva cuando es necesario.
Consejos para una desinfección eficaz y segura
Más allá de evitar los mitos, aplicar algunos principios básicos garantiza una desinfección más completa y responsable:
- Lee siempre la etiqueta del producto y sigue las instrucciones de uso
- Usa guantes y, si es necesario, mascarilla o gafas de protección
- Ventila bien los espacios después de la desinfección
- No mezcles productos (por ejemplo, lejía y amoníaco), ya que puede producir gases tóxicos
- Limpia primero, desinfecta después: no saltes el primer paso
¿Por qué confiar en Brill 2000?
En Brill 2000 llevamos años ofreciendo servicios de limpieza y desinfección profesional adaptados a cada cliente. Contamos con productos certificados, personal capacitado y protocolos ajustados a normativa sanitaria vigente.
Ofrecemos desinfección con:
- Productos ecológicos y virucidas aprobados por sanidad
- Nebulización en espacios amplios
- Limpieza profunda para zonas críticas
- Soluciones personalizadas para oficinas, comercios, clínicas y comunidades
Nuestro compromiso es mantener tus espacios seguros, saludables y libres de microorganismos, sin mitos ni falsas promesas.
Los productos de limpieza desinfectantes son una herramienta clave para la salud pública y la higiene cotidiana. Sin embargo, su efectividad depende del uso correcto, el conocimiento técnico y la elección adecuada del producto según cada situación. Evitar los mitos y actuar con información clara es la mejor manera de proteger tu entorno.
En Brill 2000 estamos preparados para ayudarte a garantizar entornos más limpios, seguros y libres de riesgos. Si necesitas un servicio de desinfección profesional con todas las garantías, contáctanos. Porque en tiempos donde la higiene es más importante que nunca, la confianza lo es todo.